Hoy no vengo a hablaros de señuelos, ni de técnicas infalibles, ni de zonas de pesca. Hoy toca ponerse serios (y un poco de mala leche) para hablar de lo que se nos viene encima: el Reglamento Europeo 2023/2842. O como a mí me gusta llamarlo:
El fin de la pesca tal y como la conocemos.
¿Preparados para el cabreo? Vamos al lío.
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¿Qué narices es esto y por qué te afecta?
Básicamente, a partir de enero de 2026, Europa quiere saberlo TODO. Y cuando digo todo, es todo.
Se acabó eso de ir al río o al mar a desconectar del mundo. Nos van a «invitar» (léase: obligar bajo amenaza de multa) a usar una aplicación, seguramente la famosa Pesca REC, para registrar:
- Qué pescas.
- Dónde lo pescas (geolocalización, amigo).
- A qué hora.
- ¡Y hasta los días que haces porra!
Sí, has leído bien. Si vas al agua y no tocas escama, también tendrás que fichar. Vamos, que nos van a tener más controlados que a un delincuente con tobillera telemática.
La gran contradicción: Culpables sin pruebas
Aquí viene lo que me hierve la sangre. La excusa oficial es que «faltan datos» sobre la pesca recreativa. Vale, te lo compro.
Pero al mismo tiempo, nos dicen que somos los culpables de la sobrepesca. ¿Pero en qué quedamos? Si no tenéis datos, ¿cómo sabéis que la culpa es nuestra y no de los arrastreros que esquilman el fondo?
Nos acusan sin pruebas para justificarnos un sistema de control agresivo. Blanco y en botella.
El «Riesgo Tecnológico»: O cómo te van a multar por no tener cobertura
Imagínate la situación: Estás en tu recula favorita, esa donde Cristo perdió el mechero y donde, obviamente, no hay cobertura.
Se te olvida registrar la captura o la app se cuelga (que viniendo de la administración, pasará). ¡ZAS! Receta al canto.
Lo llaman «riesgo sancionador tecnológico», yo lo llamo atracar al pescador de a pie. ¿Y qué pasa con nuestros abuelos? ¿Esos que van con su caña de corcho y un móvil de teclas? ¿Les vamos a prohibir pescar si no saben usar una app? Es una barrera social absurda.
Mi opinión (sin pelos en la lengua)
Esto no va de sostenibilidad, va de control y recaudación.
Al final, pringaremos los de siempre: los que pagamos religiosamente nuestra licencia, respetamos tallas y practicamos el captura y suelta. El furtivo, el que va de ilegal, se va a reír de la app y de su madre.
Nos están quitando lo más bonito de la pesca: la libertad y la desconexión.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Vas a pasar por el aro o crees que esto va a ser el caos absoluto? ¡Te leo en los comentarios (antes de que nos obliguen a registrarlos también)!



